Propuestas
Loading...
sábado, 24 de noviembre de 2012


Declarado por la Asamblea de las Naciones Unidas en el año 1977,  es la primera causa de muerte de las féminas en el mundo, entre los 15 y los 44 años de edad.


Según la observadora de la ONU, en casos per cápita de mujeres asesinadas por esposos y parejas, Uruguay está por encima de los países de Centroamérica. En lo que va del año 2012, de acuerdo a las ONG embarcadas en esta lucha, como Grupo Caminos o Mujeres de Negro, (las cifras oficiales se darían a conocer el lunes) entre mujeres y niñas, suman 25 las que han perdido la vida, asesinadas. En 2010 se informó que 59% murió a manos de su pareja o su ex pareja, 27% con otra relación (hija, hijastra, madre u otro familiar), 7% eran conocidas y 7% sin parentesco. Demasiado a menudo el crimen ocurre dentro del hogar, lo cual contradice escandalosamente la buena intención del concepto integrado en nuestra propia Constitución, donde se afirma el "sagrado inviolable del hogar". Y lo que es peor y deja muy mal paradas a la Justicia y a la Policía, es que un buen número de estos trágicos sucesos podrían haberse evitado si existiera una más eficaz política de Estado para combatir este flagelo, ya que la víctima muchas veces avisó anteriormente de la violencia a la que era sometida por gente cercana a ella, de sus temores o las amenazas recibidas. Si bien se votó en el año 2002 la ley contra la violencia doméstica, lo cual nos posiciona mejor respecto de otros países y desde la época en que se creó la comisaría de la mujer (un solo lugar para atender estos casos) en 1988, ahora hay mayores puntos de acceso para denunciar, todavía deja mucho que desear el esquema existente para encarar un problema social de esta magnitud.

En la actualidad hay 4 juzgados especializados en Montevideo y se puede acudir a cualquier comisaría, pero la capacitación del personal para atender este tipo de casos, aunque se impartieron unos cursos en 2011, a 569 efectivos en todo el país y se repartieron Guías de Procedimiento, no es suficiente. En el interior no hay sedes judiciales especiales y los juzgados de Familia, a menudo desbordados, atienden estos asuntos aun cuando las zonas rurales y suburbanas son más proclives a las situaciones de violencia doméstica de acuerdo a las estadísticas.
En Uruguay, se estima que cada 15 días se intenta o se mata a una mujer, pero todavía no hay suficientes indicadores que permitan visibilizar de forma fehaciente el tamaño de la violencia de género. Se ha anunciado sin embargo, la realización de un plan piloto en Montevideo con encuesta, financiado por el BID para el segundo semestre del 2012 y una encuesta nacional para el 2013 con financiación de la ONU, así que habrá que estar atentos a ver si se concreta. De igual manera, hay datos que dicen mucho al respecto. Uno de ellos es el aumento notorio de las denuncias. En primer lugar, es sumamente negativo por ser demostrativo de la violencia en nuestro entramado social. En 2011, el 70 % de los asesinatos de las mujeres fue a causa de violencia doméstica. De 38 muertes, 20 lo fueron por este mal.

Lo positivo proviene de que este crecimiento también sugiere que hoy día hay más conciencia de sus derechos como persona, entre las mujeres. Menos sometimiento y mayor conocimiento sobre las posibilidades para buscar ayuda. El crecimiento exponencial que va desde las 6.802 denuncias efectuadas en el 2005, a las 15.868 presentadas en el 2011, (Observatorio Nacional) muestran a su vez, que se trata del delito más denunciado, después de los hurtos.

Junto a algunos programas de ayuda a la mujer que se empezaron a poner en práctica, para derrotar a la VD, a este enemigo oculto y dominante, no hay otra forma que atacarlo que con una estrategia sistémica. Desde la escuela, con campañas públicas para derribar ciertos atavismos culturales que permanecen, sobre todo en ciertos estratos sociales, que predican que la mujer debe someterse a su marido, a su padre, a su concubino. Y el Ministerio implementando de una vez por todas, medidas de protección prometidas hacen ya 2 años, como las pulseras electrónicas. Aun cuando ciertos jueces, más preocupados por los victimarios, que por las víctimas, sean contrarios.

Loading...

0 comentarios:

Publicar un comentario